miércoles, 30 de julio de 2014

¿Has cocinado?



Tú... ¡Tú has hecho arroz!
¡Hay que sonreír siempre a todo el mundo, por gilipollas que te parezca!

De ahí tu cara de satisfacción. Ha quedado precioso. Y muy rico. 
Qué bien. Eso no tiene nada de malo. Me pregunto por qué no sale ningún hombre con la misma cara de reposo y bienestar.




¿Te lo imaginas? 

 - Juan, tú... ¡Tú has hecho arroz, te ha quedado perfecto y todo el mundo sabe ya lo buen marido que eres, lo bien que alimentas a tu familia! Tu mujer puede estar orgullosa de ti, eres un hombre hombre. 

Porque ella no viene de relajarse, no ha conseguido un ascenso, no ha tenido un orgasmo (o varios) maravilloso, no se ha superado. Ella ha hecho una maldita paella. ¡Ni siquiera sabemos si se la ha comido y le ha encantado! Lo importante es que como buena mujer ha cocinado.

Mientras nos cuelen que nuestra valía depende de cómo servimos a los demás, estamos jodidas.