martes, 24 de abril de 2012

De las relaciones duraderas

Quizá sea presa de una paranoia. Quizá sea buscarle tres pies al gato. Quizá no tenga ningún sentido. Pero creo que el spot de Banco Sabadell que protagonizan Sardá e Izaguirre define muy bien qué tipo de relación es la que el cliente puede mantener con un banco.

Me explico. El fragmento que podemos ver en televisión empieza con Boris contando como se había emocionado al recordar que hacía un año que había terminado el programa que le hizo famoso. Ante esta muestra de afecto, Sardá reacciona negando su sentimiento y apelando a una cuestión fisiológica para justificar su "explosión". Él cede. Tiene razón, y además le conoce mejor que él mismo. Después, Sardá da un paso más. Yo no soy como tú. NO soy homosexual y no tengo esas relaciones con nadie, y desde luego, jamás lo hice ni voy a hacerlo contigo. Con condescendencia, reconoce que sí es posible que hubieran compartido un espacio por una noche.

Ahora analicemos esta relación duradera: existe una parte condescendiente que se sitúa por encima con su actitud. Otra parte, digamos más débil, que quizá no encarne los valores bienpensantes de la sociedad, que acaba aceptando y asumiendo los supuestos de la otra parte.

Ahora imaginemos que Sardá encarna al Banco y que Izaguirre encarna a su cliente. Así es, con cierta actitud amigable, con cierto carisma, con paternalismo, los sentimientos se niegan, se nos muestra como ellos nos conocen muy bien, y, por tanto, conocen nuestras necesidades y nos sirven de guía. Hagámosles caso, demósles la razón y obviemos nuestros criterios.

¡Ah! Y que no se os olvide, sois los débiles.

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